Es este espíritu sádico que tengo.
Inicie un blog para escribir y se me ocurre invitar a las letras del Sub, de Sabines, de Neruda.
¿Mis humildes letras que le pueden aportar a este blog?.
Yo se que nada, por lo tanto solo narro hechos ciertos y determinados.
Parece que se cierra esta semana. Cuando empieza el viernes se cierran con él muchas cosas pero para algunos se abre el espacio para ser sin horario de oficina.
Hay que tener cuidado con esta vida. Existe una línea que es muy delgada y que divide (como todas las líneas) los distintos ámbitos de la persona. Yo no se quién inventó el tiempo, o los meses y quien nos condicionó a comer tres veces al día o a dormir ocho horas.
Según éstas condicionantes, duermes ocho horas, trabajas ocho horas y vives otras ocho. 3x8=24. (Creo). Depende aqui el como vivas las horas en que no duermes y no trabajas. ¿Quien inventaría eso de dormir? Que lástima que no se pueda suprimir, deberían inventar unas pastillas o algo. Un parche. Claro que hay pastillas para no dormir, tres aspirinas y una coca con café y a ver, ¿trata?. Pero al día siguiente andas todo sombi, asi que no. Yo les estoy pidiendo unas pastillas que te hagan perder el sueño y a la vez amanezcas fresco como raspado de vainilla. (Yuquies, le dicen los regios acá arriba de las montañas a lo que conocemos como raspado en el desierto. No nos burlemos).
Y es que entonces nos quedan 8 horas.
De esas ocho, pierdes 1.30 en hacer tus tres comidas (otra necedad de la costumbre), una en bañarte y arreglarte. Una hora en traslados al trabajo. Y entonces te quedan 4 y media horas para ti! Para pensar en tu futuro y planearo (¡ajá!), para acordarte de ella, para hacer ejercicio, para leer. Muy poco tiempo para hervir agua, hacer un té y platicarlo con alguien.
De aqui a que descorchas el vino tinto y preparas la salsa de tomate se te puede ir la vida!. Tienes poco tiempo para oler las velas blancas que siguen despertandote a media noche acurrucándose en tu hombro.
En ocho horas casi no puedes reirte, y si le das paso a un viejito (que no sea de los Stones) para que cruce la calle se te fue el día.
Dios quiera que no haya neblina, por que entonces todo es más lento menos el tiempo, por lo que haces menos y respiras horas.
Ésta vida es complicada cuando nos tomamos en serio. Cuando era niño salía en mi bici a pedalear las tardes o a mudarme en las ramas de un árbol. La pelota de futbol rodaba sin sueño ni hambre y el calor de la casa nunca permitió la neblina. Los viejos contaban historias sin condiciones de 8x8 y el desierto se bañaba en tormentas de arena con el cielo rojo (los Regios no entenderían eso).
En fin. Aprovechemos nuestras horas sin condicionantes. Pero recordemos nuestras responsabilidades. Pero recordemos que nosotros somos nuestras responsabilidades.
Salud. Buen fin. Ojalá allá también les llegue el olor a vela blanca.
Desde las montañas del noreste mexicano y en horario de comida para no afectar sus 8 horas de trabajo.
Fernando Tödd