Regresa el lunes por el mismo caminito por el que se fue el domingo sin avisar. ¿Hubo sábado esta semana?.
Después de un fin de semana de 20 horas de trabajo, el lunes me recibe (como si fuera gracia) con la redacción de un Contrato de Usufructo.
Esto no es vida, quisiera estar en Oaxaca.
Es muy incómodo redactar un contrato de tantas hojas en las que se involucren las palabras: prescripción, usufructuario, nuda propiedad. Quisiera estar de humor y tener inspiración para escribir algo que involucre: melancolía, noche, sueño, estrellas. Pero no.
Y tengo que escribir:
TERCERA.- A partir de la firma del presente instrumento los frutos y productos de los inmuebles que a la fecha están dados en arrendamiento pasan a ser parte de la nuda propiedad.
Yo mejor quisiera decir:
PRIMERA (y única). A partir de la noche marina en que tus ojos se atrevieron a cruzarse (no se si por error), los frutos de mis letras se quedaron dentro de la melancolía de una piel armada y pasaron a ser parte de tu propiedad desnuda.
Pero no. Y si lo siento los papeles se encimaron hace rato en mi escritorio. Siento que sueño con la melancolía de la noche y sus estrellas.
Regreso. Voy a darme en Usufructo.
Fernandö