domingo, enero 11, 2009

De Pepe Grillo

De muy pocas cosas he estado seguro en esta vida, pero ésta es una: No estoy bien.

Tan seguro estoy, que se que van a coincidir conmigo.

El día de hoy amaneció en Vancouver así, como amanece en Vancouver. No había nada de que sorprenderse. El día gris que no se quiere atrever a despertar hasta que el reloj indique marzo, la lluvia fría e incesante, la agridulce música de Fito Paez o de los Sui Generis. Todo normal. El café esta caliente aunque el día este frio y las sabanas tibias reclaman compañía, aunque sea la mía. Incluso hay buen futbol en la televisión y la promesa hecha ayer a mi mismo de despertarme con hot-cakes, de esos que se acompañan con tocino y que no aceptan una gota más de miel por que se transformarían en sopa.

En este escenario sumamente acogedor fui despertado por el niño que fui yo. El niño que montado en su pupitre de 2do de secundaria instalaba micro-protestas contra la invasión a Irak y rayaba en las paredes del salón consignas como ¨no sangre por petróleo¨ y demás linduras parecidas. Todo esto en hora de clase, claro. Los Caballeros Andantes no nos perdemos el recreo. Por esto, y por reprobar 6 de 8 materias me corrieron de la secu y me inscribí en el mundo.

Este infeliz crio, que es como un Pepe Grillo con sonido estéreo, me despertó como a las ocho de la mañana, recordándome que si iban a haber hot-cakes, ya era hora de que preparara la masa, por que a la 1 teníamos que estar en la manifestación en solidaridad con el pueblo palestino. De reojo vi la ventana. Lluvia, frio y el Villarreal vs. Valencia sonaba más…normal. Pero no, ganó el niño este. No se como lo aguantaron mis papas (por que los maestros no lo hicieron).

Pregunto el Sub Marcos entre semana: ¨¿detienen alguna bomba nuestros gritos? ¿Nuestra palabra salva la vida de algún niño palestino? Tal vez no detengamos una bomba, ni nuestra palabra se convierta en un escudo blindado, pero posiblemente, logre unirse a otras y se convierta en un murmullo, luego en una voz alta y después en un grito que escuchen en Gaza. Nosotros los zapatistas sabemos lo importante que es, en medio de la destrucción y de la muerte, escuchar palabras de aliento¨.

El día no se prestaba para manifestarse, pero ahí voy. La verdad en gran parte movido por una foto que vi de un niño palestino llorando solo, en medio de una ciudad invadida, un campo de guerra. No me lo quito de la cabeza. En poco más de 10 días de invasión han muerto mas de 850 civiles, entre ellos 250 niños, 12 paramédicos y 3 reporteros, y el estado Israelí ataca los convoys de la ONU, bloquea cualquier tipo de ayuda humanitaria (por lo menos 14 ambulancias destruidas), bombardea escuelas, entre otras finezas. Hay mas de 3350 palestinos heridos, más de la mitad niños.

Todo, claro, en contra de las resoluciones de la ONU y justificado como un ataque al terrorismo, que ya lo vimos en Irak, es una tomadura de pelo junto con el termino ¨neo jurídico¨ de la ¨guerra preventiva¨. Si el Canaca fuera Iraquí, estaría preguntando: Y mis armas de destrucción masiva, ¿Qué? ¿on tan?.
En la manifestación encontré alrededor de 1,000 personas y 1,000 paraguas que valientes soportaron el frio y la lluvia. Me pregunto si también habían 1,000 Pepes Grillos insertos en sus conciencias.

¿Por qué los humanos somos cómplices, ya sea de acción, o por omisión?.

Y no me refiero solo a lo que pasa en Palestina o Irak. No es contra los judíos o contra los gringos. Mira que en México tenemos bastante por que manifestarnos. Y mira que tengo mi historia con judías y gringas. No es el caso. Pero ¿por que solo hay 1,000 voces gritando contra lo que parece tan obvio?. ¿O es obvio solo para nosotros, los 1,000 rencorosos seres humanos que preferimos mojarnos y temblar de frio a desayunar y ver el futbol?. ¿Cuánto rencor guardamos a la sociedad?. ¿Por qué somos tan desadaptados como para preocuparnos por algo que deja de incumbirnos cuando cambiamos de canal?. ¿Por que es tan difícil la paz? ¿Por qué si globalizamos mercados, no globalizamos el derecho a existir y a la autodeterminación?.

El niño que fui ya no esta. Fue a buscar al niño que vi en la foto y que me hace un nudo en la garganta cada que lo recuerdo. Seguramente, en cuanto lo encuentre, el niño que fui le preguntará al niño palestino: ¿Detienen alguna bomba nuestros gritos?. El niño palestino no habla español. Pero el niño que fui lo abraza y juntos se van, por lo menos en estas letras, a desayunar hot-cakes con mucha miel.

Vale, salud y que en este año nuevo se reencuentren con su Pepe Grillo.

Con un abrazo de
Fernando