lunes, marzo 12, 2007

Oda al Desierto

Voy camino a Torreón
y el cielo me recibe con una alfombra roja sobre el desierto,
mi desierto...

Arisco y bronco desierto,
lleno de la paz que la vida le quita a la muerte.

Bienvenida la noche al desierto.

Bienvenidas las estrellas, las lunas
y los amores que deambulan sedientos y perdidos.

Bienvenida la muerte y la vida.

No llueve en el desierto,
si acaso las lágrimas de los que no están.
No llueve pero da vida.
Da vida y da polvo,
recordandonos que somos polvo,
y en polvo nos convertiremos.

Somos desiertos con sed.

Con lágrimas, con vida, con estrellas, con noches rojas y muerte.

Sigo caminando la noche.

El cielo ya no es alfombra, es lienzo.
El desierto también es lienzo, amplio, fuerte, seco.
Con grietas como arrugas en su piel.

Desierto incoloro, inoloro e insípido. Eres agua desierto, que no te engañen.

Tienes vida desierto.
Tienes vida y yo la tuya desierto. Tu la mía.
Tu mi agua, tu mi polvo.

Por que tus hijos sabemos que polvo somos y en desierto nos convertiremos.

Fernando/ 07