jueves, mayo 28, 2009

Lo imposible soñar

….“Ellos son gigantes, y si tienes miedo quítate de ahí,
y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.
Y diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante,
sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba,
advirtiéndole que sin duda alguna eran molinos de viento,
y no gigantes aquellos que iba a acometer.”

– Don Quijote de la Mancha. Miguel de Cervantes Saavedra.


Jared,

Dentro de un juicio sano, donde obrara la cordura y la prudencia, es difícil pensar en que una ciudad pudiera querer, admirar y respetar tanto a un deportista. En el futbol, tú sabes, no hay juicios sabios, la cordura no obra y la prudencia no existe.
Esto es futbol, Jared.

Y solo por eso entiendo la reverencia que te brinda La Laguna, y solo por eso entiendo tu hondo amor a nuestra Patria chica. Tú sabes como se vive el futbol aquí. Sabes que, tratándose del balón, nada nos mueve como nuestro equipo. Tanto, que me atrevería a decir que ni la camisa de la selección se siente tanto como nuestra camisa verde y blanca (que por cierto, estarás de acuerdo conmigo, nunca debió perder la dirección vertical de sus franjas, ni en broma).

No se quien dijo, en donde oí o leí, que tu y el Pony son la versión lagunera del Quijote y Sancho Panza. Y te confieso, de lejos si parecen. Y no solo por las razones obvias.

Llegaste cuando aqui empezabamos a soñar con trascender. Nos habíamos quedado con la espina clavada del subcampeonato, de la mano de Muñoz, Rubio, Apud, de Adomaitis, de otros históricos, pero queríamos más. Tú también llegaste con la misma ansia de ganar, por eso conjugamos tan bien. Contigo, hay que decirlo, peleamos contra Molinos de Viento. Aquella final contra el Necaxa, imbatido en finales pasadas. Aquel gol, Jared, cuando solo nosotros pensábamos que si podíamos. Cuando todavía éramos chicos. Aquel gol, Jared. Cuando peleábamos contra gigantes, contra superiores, contra atemorizantes. Después el Pachuca, rematando a raz de suelo de cabeza!. ¡Que gol, Jared!. Ese gol nos dio vida en la final. Entonces, tu fiel escudero, tu fiel centrador llego para ratificarnos. Entonces ya creíamos. Entonces ya éramos grandes. Tenía ya dos estrellas nuestro firmamento.

Hoy, no se si te vas a retirar en el Santos. Se que vienes a la inauguración de tu nueva casa, aquí te vamos a ver. Para volver a cantarte el “Gol, Gol, Gol, Jared, Jared, Jared”. Invita también a Rodrigo, que también es de casa. Déjenos verlos otra vez verlos luchar por esos balones, pelear por esos goles, acordarnos del respeto que nos ganamos y darles las gracias aplaudiendo de pie en su casa.

Y déjanos soñar. En vencer a nuestros nuevos Molinos de Viento. Soñar, que te retiras en el Santos, que retiramos el 58, que nadie más ensucie esa camisa. Soñar que estas una temporada más con nosotros. Soñar que esa temporada llegamos a la final, en el TSM. Soñar que faltando 5 minutos nos falta un gol para la cuarta. Soñar que entras de cambio. Soñar que hay un balón en el aire dentro del área enemiga. Soñar que ahí estas tú, hambriento, al acecho. Soñar, como dice una canción del Quijote, lo imposible soñar.

Te mando un abrazo, y espero verte pronto. El 11 de noviembre se inaugura el estadio. De verdad, espero verte ahí.

Fernando